domingo, 3 de abril de 2011

Inquisición


Ya no puedo caminar por el pasillo, su mirada me quema, la siento desde que entro, adivino lo que piensa "lo sé y no puedes negarlo", él conoce mi secreto, él conoce mis faltas, juzga mis pecados, su mirada dice todo y nada, no necesita hablar, sus ojos lo dicen, "te he visto", "no tienes vergüenza", "un día lo diré todo".
Él sabe que entro de noche en un cuarto que no es mío, que duermo en una cama a la cual no pertenezco, que abrazo un cuerpo prohibido, él todo lo sabe y calla, él todo lo mira.
Él sabe que le temo, conoce mi turbación, me manipula, me abruma, me acosa, no me deja en paz, perturba mis sueños, mis pensamientos, no puedo transitar por esta casa, vigilo el pasillo de noche para no verlo, para que su mirada no atormente mis placeres, para no pensar en él, él sabe esto y lo disfruta, sentado en su sillón como amo y señor, como juez y verdugo.
Quiero huir, quiero abandonar esto, quiero ser libre de todo y todos pero por sobre todo ser libre de él, él nunca me dejará, siempre asaltará mi conciencia como recordatorio de mis pecados, el placer culpable vivirá por siempre junto al recuerdo de sus pupilas...

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