sábado, 14 de abril de 2012

Silk


La tuve en mis manos, contuve su aliento en mis manos, mis manos recorrieron su cuerpo blanco, perfecto, de curvas sinuosas, de seda ardiente al contacto de mis yemas, hasta el día de hoy la recuerdo, he tenido otras mujeres en mis manos, pero ella siempre está ahí, siempre estará...
Su cabello de fuego rozó mis dedos, su boca roja y deliciosa me regaló su aliento, el brillo de sus esmeraldas inquietas me evitaban...
La verdad aún tengo lo más valioso de ella, tengo su máximo tesoro, no me importa no verla nunca más, no me interesa ver de nuevo su cabello en llamas ni el bosque de sus ojos, ni su piel de nieve... tengo lo mejor de ella, tengo lo que hacía especial, tengo su secreto: su esencia de seda y leche...