viernes, 11 de febrero de 2011

Quimio

Cierro los ojos, te miro, mis ojos aún te recuerdan joven, de cuerpo lozano, aunque tu piel es blanca se evidencia el correr de la sangre en tus mejillas, tus ojos ríen junto a tu boca, tus manos perfectas de uñas almendradas me llama, voy, me abrazas, acaricias mi cabello.

Abro los ojos, te miro, mis ojos ven lo más cercano a un zombie, quien te observa dudaría que aún hay sangre, tu piel perdió el brillo, tus ojos son dos cuencas con algo que alguna vez fue un iris rodeados de ojeras negras, tus manos, cadavéricas, casi no tienes uñas, no recuerdas una sonrisa, la enfermedad de la ira te devora y al parecer pronto habrá de terminar, me miras, corro sin entender cómo la cura de la enfermedad terminó siendo tu verdugo…

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